En la publicación anterior conté lo que me pasó en este banco que da créditos en el Perú (http://kikin-rispa.blogspot.com/2013/02/la-plata.html). Eso me hizo recordar de otra MALA experiencia en lo que se refiere a atención al cliente. Peor aún porque en esta oportunidad debí tener preferencia por ser una Persona con Discapacidad (PcD… y por favor, no se olviden del término)
Tampoco mencionaré el nombre de esta empresa; solo mencionaré que fue en su local de Risso (No es mi culpa que sea el único cine en esa avenida jajaja). Fui con dos personas más (chicas, obvio, jeje). Era de noche. Cuando voy a un lugar en donde sé que estaré sentado, normalmente no me pongo la prótesis por un tema de comodidad pues llega un punto en el que se vuelve doloroso… es como usar un zapato nuevo todos los días. En fin, entramos el cine, compramos las entradas, luego compramos su respectiva canchita con chicha, y mientras ellas esperaban el pedido, yo me acerqué al ingreso de las salas.
Para la nuestra, había una fila de no más de 20 personas. Yo, como tengo atención preferente, me acerqué a la chica que controlaba el ingreso, le enseñé mi ticket, y me hizo pasar para que espere sentado en una banca. Hasta ahí todo bien. Antes de sentarme le hice la seña que estaba acompañado y que estaban comprando, para que las deje pasar.
Al rato se acercaron las dos y ahí empezaron los problemas. La señorita que controlaba el ingreso no las dejaba pasar. Ellas le dijeron que estaban conmigo, pero se negó. Al darme cuenta me acerqué a decirle: “vienen conmigo”. Ella me respondió: “Si señor, con usted no hay problema, pero ellas tienen que hacer la cola”. A lo cual repliqué: “Pero te estoy diciendo que me están acompañando, ¿Por qué no las dejas pasar? Necesito apoyo para entrar”. Y su respuesta fue muy “astuta”: “Entiendo señor, si necesita ayuda, que entra una con usted, la otra que haga la cola”.
RE PLOP. Esa respuesta me sacó de cuadro y me empecé a alterar. “Cómo se te ocurre que voy a pasar con una y la otra haga cola, estamos los tres juntos, me están acompañando, ¿Cuál es el problema? Mejor llama a tu supervisor”. Nuevamente cometí ese error… La supervisora no hizo más que repetir lo que dijo la controladora y negarse a hacernos pasar a los tres. ¡Ni que la sala estuviera llena! ¡Eran 20 gatos! Por último utilicé un arma que hace temblar a muchos: “Tráeme tu libro de reclamaciones (LdR)”.
Los tres esperábamos sentados en la silla, no le iba a dar el gusto a estas brutas que hagan esperar a mis amigas en la cola. Pasaron 10 minutos y nadie lo traía, me paré y le volví a reclamar: “Sigo esperando el LdR, ¿por qué se demoran? Eso debe estar a la mano… nos hacen perder el tiempo por una tontería”. Solo me respondió: “sí señor, lo están trayendo”. Regresé a sentarme y vi que otro chico que trabaja ahí me miraba con cara de bicho raro. Como estaba empinchado le grité: “!Qué me miras! ¿Te pasa algo conmigo? ¿Tengo algo raro?”. Jajaja ya estaba más asado que papá de maricón… el pata este puso cara de idiota y hacía gestos de “¿yo? ¿Me habla a mí?”. Por lo menos hice que deje de mirarme con cara de estúpido.
Al rato se acercó un patita chiquito, flaquito, con cara de chihuahua (y cuerpo también), y me dijo: “Señor, me dicen que tiene un problema, ¿en qué lo puedo ayudar?”. No puedo negar que el pata tenía buena intención, pero ya estaba reventando, así que me lo comí con zapatos y todo: “!Cómo que qué pasa! ¡Hace rato he pedido el LdR y no me lo traen! ¡Qué les pasa! ¡Estoy esperando!”. Como quien corre por su vida, el pata se dio media vuelta para traerlo, y solo atinó a decir: “si yo lo traigo”.
Estaba a punto de reventa el kiosco a muletazos. En eso veo que otro pata se acerca con el pinche LdR bajo el brazo. Era el gerente. Más centrado, más serio, más capaz, se notaba desde el porte (¡Sao! Jajaja). Se presentó y eso bastó para cambia mi chip: “Contigo veo que se puede conversar”, le dije. Me pidió que le explique la situación y que él personalmente iba a encargarse de solucionar el problema. Me calmé. No… me empinché de nuevo, la gente empezaba a entrar a la sala y nosotros afuera conversando. Se dio cuenta y me dijo que pasemos para conversar dentro.
Nos sentamos los tres y él se paró a mi lado para contarle lo ocurrido. Le dije que hubiera entendido si la sala hubiese estado llena y si me hubiese querido hacer el “vivo” para hacerlas pasar; además ni que fuéramos 5 o 6 o 10, éramos solo 3 en una sala donde habían 20 gatos esperando, y yo en muletas, no entendía cuál era el problema y la reacción de su personal. Sabiamente el mismo dijo: “Lo entiendo señor, han debido tener CRITERIO para manejar la situación y colaborar con usted, dándolo en buen servicio, en lugar de hacerle pasar en mal rato. En nombre de C_ _ _ P _ _ _ _ T, le pedimos disculpas y le ofrecemos la devolución de la entrada y el consumo de golosinas”. ¿Ven? Éste pata sí la tenía clara, no como sus chacales. Ya con esa respuesta me quedé tranquilo y puede disfrutar de la película de acción… no de dibujitos, “White”, no… de acción jajaja.
El gerente me dio el reembolso y me agregó: “Lo espero a la salida con el LdR, si aún desea deja su reclamo”. Me pareció genial su actitud, así que por su buena onda decidí que, al salir, le iba a agradecer su gentil atención y que no iba a llenar el libro. Y eso hice, no lo llené… ¡Pero porque el gerente no estaba! Me pareció malaso; si está quedando algo conmigo, debió cumplirlo, ¡Te me caíste! Así que no voy a regresar a este local nunca más porque no saben lo que es calidad en la atención al cliente.
Quisiera pensar que no es así en todos sus locales, pero una amiga me contó que algo similar le pasó. Cuando estaba embarazada fue con su esposo, y ¿qué creen? Atención preferente para ella pero a su esposo lo mandaron a la cola… otro RE PLOP. ¿Díganme si no es absurdo y ridículo? ¿Si se cae bajando las escaleras? ¿Quién se hace responsable? Realmente es lamentablemente la falta de CRITERIO de mucha gente. Peor aún porque esa educación viene de casa, del colegio y hasta de la universidad… ¡Qué jóvenes estamos formando para el futuro! ¡Qué miedo!
¡He dicho!
Kausachun Perú.- No se olvide de la moraleja: Si los tratan mal en algún sitio, pidan libro de reclamaciones, ¡se hacen la pichi!
Kikin Rispa
kikerispa2003@yahoo.es
(24 de Febrero del 2013)
Tampoco mencionaré el nombre de esta empresa; solo mencionaré que fue en su local de Risso (No es mi culpa que sea el único cine en esa avenida jajaja). Fui con dos personas más (chicas, obvio, jeje). Era de noche. Cuando voy a un lugar en donde sé que estaré sentado, normalmente no me pongo la prótesis por un tema de comodidad pues llega un punto en el que se vuelve doloroso… es como usar un zapato nuevo todos los días. En fin, entramos el cine, compramos las entradas, luego compramos su respectiva canchita con chicha, y mientras ellas esperaban el pedido, yo me acerqué al ingreso de las salas.
Para la nuestra, había una fila de no más de 20 personas. Yo, como tengo atención preferente, me acerqué a la chica que controlaba el ingreso, le enseñé mi ticket, y me hizo pasar para que espere sentado en una banca. Hasta ahí todo bien. Antes de sentarme le hice la seña que estaba acompañado y que estaban comprando, para que las deje pasar.
Al rato se acercaron las dos y ahí empezaron los problemas. La señorita que controlaba el ingreso no las dejaba pasar. Ellas le dijeron que estaban conmigo, pero se negó. Al darme cuenta me acerqué a decirle: “vienen conmigo”. Ella me respondió: “Si señor, con usted no hay problema, pero ellas tienen que hacer la cola”. A lo cual repliqué: “Pero te estoy diciendo que me están acompañando, ¿Por qué no las dejas pasar? Necesito apoyo para entrar”. Y su respuesta fue muy “astuta”: “Entiendo señor, si necesita ayuda, que entra una con usted, la otra que haga la cola”.
RE PLOP. Esa respuesta me sacó de cuadro y me empecé a alterar. “Cómo se te ocurre que voy a pasar con una y la otra haga cola, estamos los tres juntos, me están acompañando, ¿Cuál es el problema? Mejor llama a tu supervisor”. Nuevamente cometí ese error… La supervisora no hizo más que repetir lo que dijo la controladora y negarse a hacernos pasar a los tres. ¡Ni que la sala estuviera llena! ¡Eran 20 gatos! Por último utilicé un arma que hace temblar a muchos: “Tráeme tu libro de reclamaciones (LdR)”.
Los tres esperábamos sentados en la silla, no le iba a dar el gusto a estas brutas que hagan esperar a mis amigas en la cola. Pasaron 10 minutos y nadie lo traía, me paré y le volví a reclamar: “Sigo esperando el LdR, ¿por qué se demoran? Eso debe estar a la mano… nos hacen perder el tiempo por una tontería”. Solo me respondió: “sí señor, lo están trayendo”. Regresé a sentarme y vi que otro chico que trabaja ahí me miraba con cara de bicho raro. Como estaba empinchado le grité: “!Qué me miras! ¿Te pasa algo conmigo? ¿Tengo algo raro?”. Jajaja ya estaba más asado que papá de maricón… el pata este puso cara de idiota y hacía gestos de “¿yo? ¿Me habla a mí?”. Por lo menos hice que deje de mirarme con cara de estúpido.
Al rato se acercó un patita chiquito, flaquito, con cara de chihuahua (y cuerpo también), y me dijo: “Señor, me dicen que tiene un problema, ¿en qué lo puedo ayudar?”. No puedo negar que el pata tenía buena intención, pero ya estaba reventando, así que me lo comí con zapatos y todo: “!Cómo que qué pasa! ¡Hace rato he pedido el LdR y no me lo traen! ¡Qué les pasa! ¡Estoy esperando!”. Como quien corre por su vida, el pata se dio media vuelta para traerlo, y solo atinó a decir: “si yo lo traigo”.
Estaba a punto de reventa el kiosco a muletazos. En eso veo que otro pata se acerca con el pinche LdR bajo el brazo. Era el gerente. Más centrado, más serio, más capaz, se notaba desde el porte (¡Sao! Jajaja). Se presentó y eso bastó para cambia mi chip: “Contigo veo que se puede conversar”, le dije. Me pidió que le explique la situación y que él personalmente iba a encargarse de solucionar el problema. Me calmé. No… me empinché de nuevo, la gente empezaba a entrar a la sala y nosotros afuera conversando. Se dio cuenta y me dijo que pasemos para conversar dentro.
Nos sentamos los tres y él se paró a mi lado para contarle lo ocurrido. Le dije que hubiera entendido si la sala hubiese estado llena y si me hubiese querido hacer el “vivo” para hacerlas pasar; además ni que fuéramos 5 o 6 o 10, éramos solo 3 en una sala donde habían 20 gatos esperando, y yo en muletas, no entendía cuál era el problema y la reacción de su personal. Sabiamente el mismo dijo: “Lo entiendo señor, han debido tener CRITERIO para manejar la situación y colaborar con usted, dándolo en buen servicio, en lugar de hacerle pasar en mal rato. En nombre de C_ _ _ P _ _ _ _ T, le pedimos disculpas y le ofrecemos la devolución de la entrada y el consumo de golosinas”. ¿Ven? Éste pata sí la tenía clara, no como sus chacales. Ya con esa respuesta me quedé tranquilo y puede disfrutar de la película de acción… no de dibujitos, “White”, no… de acción jajaja.
El gerente me dio el reembolso y me agregó: “Lo espero a la salida con el LdR, si aún desea deja su reclamo”. Me pareció genial su actitud, así que por su buena onda decidí que, al salir, le iba a agradecer su gentil atención y que no iba a llenar el libro. Y eso hice, no lo llené… ¡Pero porque el gerente no estaba! Me pareció malaso; si está quedando algo conmigo, debió cumplirlo, ¡Te me caíste! Así que no voy a regresar a este local nunca más porque no saben lo que es calidad en la atención al cliente.
Quisiera pensar que no es así en todos sus locales, pero una amiga me contó que algo similar le pasó. Cuando estaba embarazada fue con su esposo, y ¿qué creen? Atención preferente para ella pero a su esposo lo mandaron a la cola… otro RE PLOP. ¿Díganme si no es absurdo y ridículo? ¿Si se cae bajando las escaleras? ¿Quién se hace responsable? Realmente es lamentablemente la falta de CRITERIO de mucha gente. Peor aún porque esa educación viene de casa, del colegio y hasta de la universidad… ¡Qué jóvenes estamos formando para el futuro! ¡Qué miedo!
¡He dicho!
Kausachun Perú.- No se olvide de la moraleja: Si los tratan mal en algún sitio, pidan libro de reclamaciones, ¡se hacen la pichi!
Kikin Rispa
kikerispa2003@yahoo.es
(24 de Febrero del 2013)
Te imagino gritando como Hulk y me parece muy gracioso.... pero q cóleraaaaa! Hubieses llenado el libro igual. Que tales grandisimos descriteriados. Naa q ver sus respuestas y reacciones.
ResponderEliminarQue viva el ldr!!!
Toy de acuerdo que a mucha gente le falta criterio , seguro le dieron esa instruccion exacta y la gente no piensa solo sigue instruciones!!!!!!!!! ahora por el otro lado dejame decirte que hay mucha gente que abusa de su condicion de Cola Especial , tipico las viejas de 40 que les encanta hacer la fila preferente y andan bien paradas o la que van con los hijos a todos lados para que los atienden de inmediato.
ResponderEliminarAprovecho para preguntarte , los baños de los discapacitados tampoco se pueden usar , hay veces que me he metido a uno y siento que me vas hacer el ampay jajaja.