miércoles, 24 de abril de 2019

El que quiera oír, que suba el volumen

Con tantos años que tengo trabajando en formación de personas, sin duda me queda claro que es más fácil hacer que los niños aprendan algo que los adultos. Claro, el problema es hacer que los niños presten atención, y para eso (como en todo) se necesita conocimiento, habilidad, experiencia y amor; porque “para formar a un niño hay que amarle” (Marcelino Champagnat).

Cuando me propusieron ser “speaker de bádminton y discapacidad”, no pude estar más contento, porque es una oportunidad de que los niños comprendan, a través de mi experiencia, que la discapacidad no es incapacidad, que es un estilo de vida diferente y que también somos normales; y por otro lado, porque ya sabía que trabajar con niños iba a ser una experiencia fantástica llena de anécdotas (https://kikin-rispa.blogspot.com/2015/06/los-ninos-no-ven-diferencias-detras-de.html). 

Como dice el dicho, la primera vez nunca se olvida, y este es el caso. Fue en el Colegio Tres Olivos, que es inclusivo, contando con algunos niños sordos. Yo pensé que iba a hacer el taller con un grupo de 30 niños, pero cuando estábamos instalando la presentación (Estaba con una profe de bádminton que hace la parte práctica), iban entrando más y más, hasta que de pronto todo el ambiente quedó lleno con más de 150 niños desde los 8 hasta los 15. 

Yo que soy tan sincero, les dije que me habían intimidado porque no esperaba tanta gente. Empecé presentando un poquito sobre las actividades que realizo y que el bádminton era lo que me llevaba con ellos. Luego les conté sobre mi discapacidad solo mencionando que fue por cáncer, y obviamente me levanté el pantalón para que vean la prótesis porque los niños siempre “flipan” (alucinan) con eso. Luego les cuento mis experiencias como deportista y les comento de qué se trata en deporte inclusivo, poniendo algunos ejemplos de otros deportes. Recalco además la importancia de vivir en una sociedad inclusiva en la que todos somos parte de ella y debemos respetarnos por igual. 

Una hora con ellos y la gran mayoría muy atentos, sin cotillear (cuchichear), y se notaba que tenían muchas ganas de decir cosas porque cuando llegaron las preguntas, muchos levantaban la mano. Hubo preguntas interesantes e inclusive alguna de una profesora. Al final me dieron un plato conmemorativo jeje. Todo salió excelente, pero como siempre, lo bueno vino después. 

Ya cuando los niños estaban regresando a sus clases, uno de ellos se me acercó. Este niño de 8 o 9 años tenía un aparato auditivo. Me dijo, “Kikín, me has motivado para hacer más cosas, gracias”. Le dije que gracias a él y que luche por sus sueños. 

Luego los organizadores nos invitaron a tomar un café porque teníamos una hora libre hasta las sesiones prácticas. Cuando dimos media vuelta para ir, una niña de 8 o 9 años se me acercó a hacerme muchas preguntas, y fue caminando conmigo hasta la cafetería. No pueden imaginar como ella me miraba, me hizo sentir un rockstar jajaja. Me miraba con una ilusión que he visto pocas veces, tanto así que ni siquiera se la he visto a varias de mis parejas jajaja. Entendí esa ilusión cuando me dijo, “me siento tan bien de poder hablar con alguien que realmente me entiende, porque puedo hablar con mi familia o mis amigas, pero no es lo mismo. Tu sí me entiendes. Gracias”. 

Si no lloré fue porque controlo muy bien mis emociones pero me quedé con los ojos brillosos. Que hermosa niña, y entiendo perfectamente a lo que se refiere. Cuando se trata del cáncer o de discapacidad, a veces las personas me dices, “sí claro, te entiendo”; pero no es así. Las personas con cáncer nos entendemos y las PCD igual, al punto que a veces no tenemos que explicarnos mucho, con una frase, a veces con una mirada, entendemos. Por eso esta niña tenía tanto ilusión y me alegro haber estado ahí para ella, y para el otro niño también, para que sepan que no están solos, que hay alguien (y mucha gente en realidad) que los entiende perfectamente y que les puede enseñar que todo es posible a pesar de su discapacidad. 

Pero ahí no acaba la cosa jeje. Luego vino la parte práctica, que lo lleva mi compi, y yo a veces me quedo a apoyarla y para que los niños me vean en acción, que finalmente eso es lo que quieren. Lo gracioso fue que al final, ya cuando nos íbamos, un niño se me acercó para pedirme un autógrafo jajaja. Obviamente con gusto se lo firmé, y detrás de él vinieron otros cinco… luego cinco más… luego diez más… al final creo que firmé como 50 papelitos jajaja. A mi compi también le hicieron firmar, fue muy gracioso, y cansado jajaja. 

Y así acabó esta primera vez, muy satisfecho e ilusionado por esta bonita experiencia. Las que siguieron después han sido diferentes, otros colegios, otros grupos, unos tranquilos, otros para amarrarlos a las sillas; pero el mensaje sigue fluyendo, sigue llegando, y no dudo que habrán más experiencias lindas en las que aún faltan porque tengo talleres hasta mayo, y para después de verano, ya se verá. Yo, como siempre, 101% dispuesto a seguir llevando mi mensaje a quien quiera oír, así sea con aparato auditivo. 

¡He dicho! 


Confirmado.- A los que quieran oír la versión completa y para adultos (no se emocionen, no es nada porno jajaja), el martes 7 de mayo a las 7:30pm en Espacio Ronda Madrid (Ronda de Segovia 50, metro Puerta de Toledo), como parte de los talleres de espiritualidad (http://tallerdeespiritualidad.es/2019/04/ikigai-una-vida-con-proposito/) estaré haciendo una conferencia de motivación y liderazgo personal. Ingreso libre. ¡Apúnten!


Kikín Rispa
kikerispa2003@yahoo.es
(24 de abril del 2019)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Siempre es buen recibir comentarios... ayudan a seguir mejorando y a continuar escribiendo. ¡GRACIAS!