No no no no no… no voy a escribir cosas obvias como que debes respetar a tu pareja porque todo ser humano tiene dignidad y por tanto no puedes traspasar esos límites, en especial cuando se trata de alguien con quien compartes un sentimiento y tiene que ser cuidado y valorado. No no no no no… como digo, es demasiado obvio, todos los saben pero la cruda verdad es que muchos no lo cumplen.
Y como chibolo de 4 años viene la pregunta: “¿Y pol queeeee? Y la respuesta ni muchos viejonazos de 40 terminan de comprender. Para mí, la firme varón, sucede porque no nos respetamos a nosotros mismos (Toma mientras…). Y esto sucede a su vez porque no nos queremos a nosotros mismos (Toma de nuevo…). There you go… ahora, modo ZEN, a meditar…
Seguro que los viejonazos de 40 se preguntan: ¿Quién tiene la culpa de que no me quiera a mi mismo? Mamá? Papá? Mis amigos? Mi esposa? Mis ex? Mis hijos? Mi jefe? Desde ahí ya comenzamos mal, tenemos la maldita mala costumbre de echar la culpa al primero que pase cerca, no nos hacemos responsables de nuestras decisiones ni de nuestros actos. Debería llegar un punto en que toda persona alcanza la madurez emocional suficiente como para aceptar que a pesar de las cosas que pasan, buenas o malas, cada uno tiene el poder de afrontarlo y salir adelante, como yo lo hago día a día frente a mi discapacidad, aprendiendo y batallando para no dejarme abatir por esta cochina sociedad egoísta, discriminadora y maltratadora. Entonces dejemos de echar culpas a diestra y siniestra, las personas pueden influir en nuestras vidas, para bien o para mal, pero no pueden tomar decisiones por nosotros, esa es nuestra chamba.
Ya escribí esta frase bíblica antes pero lo volverá a repetir hasta que se les quede grabado como fierro caliente en poto de vaca: “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (http://kikin-rispa.blogspot.com/2012/05/mil-y-una-noches-mas.html). Primero tienes que quererte, valorarte, respetarte, antes de poder hacer lo mismo hacia otra persona. Una vez que comprendas que así debe ser y lo apliques recién estarás en posición como para compartirte con alguien más. Acéptate como eres pues no hay 2 como tú, ni los gemelos “paletazo”; cultiva ese amor propio que va a generar en ti siempre un deseo de mejora, de bienestar, de ese “algo más” para ti mismo y para los que te rodean.
Este amor propio va a generar que te respetes a ti mismo primero por sobre todas las cosas. Es más importante de lo que creen porque, para empezar, si te respetas a ti mismo no vas a permitir que nadie, por más cariño que le tengas, te trate como una zapatilla vieja, rota y sucia; no vas a dejar que jueguen contigo, ni que abusen de ti, ni que se aprovechen de ti… menos que te agredan físicamente! Por consiguiente, si aprendes esto y te respetas como eres también vas a entender la importancia de tratar en la misma medida a tu pareja, pues también merece el mismo respeto y afecto (Así como a todos los seres humanos!)
Pero somos bestias, queremos corregir y cambiar a medio mundo y lo último que hacemos es evaluarnos a nosotros mismos. Esos que se esmeran tanto por cambiar a su pareja son los que más necesitan ser cambiados. Viven en una mentira y necesitan que todo encaje con su mundo ficticio para sentir que “todo va a estar bieeen”. Justamente cuando no nos respetamos a nosotros mismos es cuando aceptamos ser parte de la mentira, cambiamos cosas que no deberíamos por complacer a la otra persona (Como alejarte de tus amigos…) y satisfacer sus miedos e inseguridades (http://kikin-rispa.blogspot.com/2012/08/celos-hasta-del-peinecito-que-ti-te.html), creemos que así somos felices y hacemos a la otra persona feliz; pero tarde o temprano toda esa farsa nos cansa, desgasta, se pierde el cariño a la otra persona y a uno mismo y te deja con menos cosas que con las que empezaste la relación. Pero si nos respetáramos no pasaríamos por estos dilemas, a la primera señal de que nos piden cosas sin sentido (repito, como alejarte de tus amigos) pondríamos el parche en una y dejaríamos claros los límites de quién soy yo, quien eres tú, y quienes somos como pareja, juntos.
Cabe añadir que hay gente feliz viviendo en la mentira, como dicen, uno suele encontrar “la horma de su zapato”, y bueno pues, por último, “cada loco con su tema”. Pero eso sí, si aceptan ser parte de la mentira y se sienten feliz en ella, bien por ustedes, pero NO SE QUEJEN! No me vengan después a decir “Pucha Kikin, tenías razón, debí hacerte caso”. (Como ya aprendieron varias personas… si o no “White”?)
Conclusión: El respeto hacia la pareja parte en realidad por el respeto y amor que sentimos por nosotros mismos. Si no somos capaces de respetar al eje de toda nuestra vida (o sea, cada uno de nosotros), no vamos a saber cómo respetar a la persona que tenemos al lado. Respétate, cuídate, ámate, y sin duda sabrás hacer lo mismo hacia tu pareja.
He dicho!
Maaasss adelaaannnttteeeeee.- siguiente post… CONFIANZA.
Kikin Rispa
(27 de Agosto del 2012)