- Mamá, mira…
- ¿Te gusta su pierna?
- Me mola mucho…
Imaginarán la sonrisa dibujada en mi cara al escuchar a esta niña de no más de seis años, mirándome y hablando con su mamá sobre mi prótesis… Era tal la inocencia de la niña, que hablaba como si no estuviera ahí, a pasar de estar sentado a su lado, en el paradero del bus jajaja.
Nunca dejaré de sorprenderme de la inocencia, ternura y dulzura de los niños; y me convence de que “los niños no ven diferencias, simplemente son felices” (https://kikin-rispa.blogspot.com/2015/06/los-ninos-no-ven-diferencias.html).
¿Dónde queda esa inocencia, ternura y dulzura; cuando nos volvemos adultos? Sin duda la supuesta “madurez” nos hace ver las cosas desde otra perspectiva, más “realista” como le dicen, que encierra mucha perversión y corrupción del alma. Pero finalmente siempre va a depender de cada uno, de mantener un poco de esa inocencia, de esa ternura y de esa dulzura; a pesar de la degradación de nuestra sociedad global.
Y así parezcan duras mis palabras, lamentablemente creo que es así, porque siguen pasando los años y en muchas partes del mundo sólo hay violencia, destrucción, muerte, contaminación, corrupción, violaciones de todo tipo… desamor… Y el peor tipo de desamor de todos, que veo a diario, es la INDIFERENCIA.
La indiferencia nos está matando, cada día más rápido. ¿Y piensas que no estás en esa ola? Te pregunto: ¿Ayudas a algún tipo de minoría (PCD, niños maltratados, ancianos abandonados, etc.), a pacientes con cáncer, a enfermos de los hospitales, perteneces a algún colectivo de cuidado del medio ambiente, tratas de hacer política para cambiar la corrupción, o cualquier otro tipo de estas iniciativas? Seguro algunos lo hacen… ¿y el resto?
Si no haces nada de eso y piensas que todo eso le corresponde a los gobiernos y las grandes organizaciones, pues te felicito, estas en el grupo de los indiferentes, así te resientas conmigo. No hacer nada, te vuelve cómplice.
Empieza pensando si eres capaz de dar alguito de amor. ¿Eres capaz si quiera de abrazar en cualquier momento a esa persona que quieres? (https://kikin-rispa.blogspot.com/2018/09/el-efecto-kikin-toma-2.html). ¿De decirle con frecuencia que te preocupas por esa persona, que la quieres y que es importante en tu vida? ¿Agradecerle por ser parte de tu historia? Si no eres capaz de hacerlo con las personas que te importan, que no te sorprenda si no te nace hacerlo con extraños (Incluido el planeta tierra, tu CASA). No sé dónde quedó el “ama a tu prójimo, como a ti mismo” (https://kikin-rispa.blogspot.com/2017/07/apechuga-no-mas.html)
Pero es hora de romper ese círculo vicioso. Es hora de romper nuestras burbujas. Es hora de ACTUAR. Recuperemos ese espíritu de niños que se nos pierde en el camino. Recuperemos ese afán de hacer el bien sin mirar a quién. Recuperemos ese amor al prójimo y a la naturaleza (el planeta entero) que se nos ha quedado entre la banal y material. Recuperemos nuestra esencia de seres humanos, la esencia de vivir en amor (como Él nos enseñó).
¡He dicho!
Apapachos (toma tres).- Acércate a tu hij@, sobrin@, ahijad@, hij@ de tu amig@; dale un abrazo, y pídele que te explique qué piensa y siente cuando ve tanta violencia y/o destrucción del planeta, para que sepas que se le parte el corazón y a ver si te animas a hacer algo, si no es por ti, por ellos.
Kikín Rispa
kikerispa2003@yahoo.es
(16 de Octubre del 2018)
- ¿Te gusta su pierna?
- Me mola mucho…
Imaginarán la sonrisa dibujada en mi cara al escuchar a esta niña de no más de seis años, mirándome y hablando con su mamá sobre mi prótesis… Era tal la inocencia de la niña, que hablaba como si no estuviera ahí, a pasar de estar sentado a su lado, en el paradero del bus jajaja.
Nunca dejaré de sorprenderme de la inocencia, ternura y dulzura de los niños; y me convence de que “los niños no ven diferencias, simplemente son felices” (https://kikin-rispa.blogspot.com/2015/06/los-ninos-no-ven-diferencias.html).
¿Dónde queda esa inocencia, ternura y dulzura; cuando nos volvemos adultos? Sin duda la supuesta “madurez” nos hace ver las cosas desde otra perspectiva, más “realista” como le dicen, que encierra mucha perversión y corrupción del alma. Pero finalmente siempre va a depender de cada uno, de mantener un poco de esa inocencia, de esa ternura y de esa dulzura; a pesar de la degradación de nuestra sociedad global.
Y así parezcan duras mis palabras, lamentablemente creo que es así, porque siguen pasando los años y en muchas partes del mundo sólo hay violencia, destrucción, muerte, contaminación, corrupción, violaciones de todo tipo… desamor… Y el peor tipo de desamor de todos, que veo a diario, es la INDIFERENCIA.
La indiferencia nos está matando, cada día más rápido. ¿Y piensas que no estás en esa ola? Te pregunto: ¿Ayudas a algún tipo de minoría (PCD, niños maltratados, ancianos abandonados, etc.), a pacientes con cáncer, a enfermos de los hospitales, perteneces a algún colectivo de cuidado del medio ambiente, tratas de hacer política para cambiar la corrupción, o cualquier otro tipo de estas iniciativas? Seguro algunos lo hacen… ¿y el resto?
Si no haces nada de eso y piensas que todo eso le corresponde a los gobiernos y las grandes organizaciones, pues te felicito, estas en el grupo de los indiferentes, así te resientas conmigo. No hacer nada, te vuelve cómplice.
Empieza pensando si eres capaz de dar alguito de amor. ¿Eres capaz si quiera de abrazar en cualquier momento a esa persona que quieres? (https://kikin-rispa.blogspot.com/2018/09/el-efecto-kikin-toma-2.html). ¿De decirle con frecuencia que te preocupas por esa persona, que la quieres y que es importante en tu vida? ¿Agradecerle por ser parte de tu historia? Si no eres capaz de hacerlo con las personas que te importan, que no te sorprenda si no te nace hacerlo con extraños (Incluido el planeta tierra, tu CASA). No sé dónde quedó el “ama a tu prójimo, como a ti mismo” (https://kikin-rispa.blogspot.com/2017/07/apechuga-no-mas.html)
Pero es hora de romper ese círculo vicioso. Es hora de romper nuestras burbujas. Es hora de ACTUAR. Recuperemos ese espíritu de niños que se nos pierde en el camino. Recuperemos ese afán de hacer el bien sin mirar a quién. Recuperemos ese amor al prójimo y a la naturaleza (el planeta entero) que se nos ha quedado entre la banal y material. Recuperemos nuestra esencia de seres humanos, la esencia de vivir en amor (como Él nos enseñó).
¡He dicho!
Apapachos (toma tres).- Acércate a tu hij@, sobrin@, ahijad@, hij@ de tu amig@; dale un abrazo, y pídele que te explique qué piensa y siente cuando ve tanta violencia y/o destrucción del planeta, para que sepas que se le parte el corazón y a ver si te animas a hacer algo, si no es por ti, por ellos.
Kikín Rispa
kikerispa2003@yahoo.es
(16 de Octubre del 2018)
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