No recuerdo bien si fue poco antes de la operación o poco después que una persona muy especial en mi vida me regaló un pequeño libro llamado “Benedetta: acompañando a Cristo en la pasión”. Aún lo tengo. Es un pequeño libro con una pequeña historia, pero sin duda una de las más poderosas que he leído.
Poderosa por lo menos para mí pues, con lo que tuve que pasar, fue bueno tener a la mano una historia que te enseña que siempre hay gente que tiene pruebas más duras que tú… y que está dispuesta a dejar la vida, literalmente, tratando de superarla.
Habiendo pasado tantas veces por citas médicas, exámenes, doctores, y conociendo tantas historias en el camino de gente con distintos problemas alrededor del cáncer y de la discapacidad, comprobé y viví una verdad que los doctores parece se negaran a creer: Tener la voluntad de vivir puede hacer posible lo que llaman imposible.
Creo que todos hemos escuchado hasta en la televisión la famosa frase médica “no se va a curar… denle calidad de vida”. Y así como una sentencia judicial que te condena a cadena perpetua, estos doctores te condenan a morir sin posibilidad de guardar esperanza.
A pesar de lo difícil de esos casos críticos y que “medicamente” no se pueda hacer más, me parece que los doctores comenten una gran injusticia. Le están privando al ser humano que se aferre a algo que es parte de su propio ser y tan real como un tratamiento médico… te privan de fe y esperanza.
Que te digan que no vas a vivir mucho tiempo y que se lo digan a tus familiares y amigos tiene un efecto de bomba atómica, como es lógico. Es la peor noticia de todas, con el agravante de tener la frustración de saber que “no puedes hacer nada”; peor aún cuando la persona en quien estás confiando tu vida te lo dice. Me sigo preguntando… ¿es eso justo?
¿Hasta qué punto es mejor ser frío y duro y dar el peor escenario para que la persona y familia “se prepare” ante la muerte, o ser sincero con el diagnóstico pero benevolente de corazón, y brindarle a la persona que por lo menos decida si quiere guardar algo de esperanza e intentar robarle tiempo a la muerte?
Los médicos se aferran a la idea de no involucrar sentimientos con sus pacientes como si se tratase de reparación de electrodomésticos. Sólo alguien inhumano no podría sentir algo cuando te estás relacionando con otros humanos, y contra eso, queridos doctores, nunca van a poder.
Por eso creo que en lugar de decir “no hay nada que hacer”, deberían decir “aún puedes hacer algo más”. Porque hay casos, así no sean muchos, en que dieron unos días de vida, y vivieron semanas… dieron semanas y vivieron meses… dieron meses y vivieron años… y siguen en pie.
¿Cómo? Si se supone que médicamente “no se podía hacer nada”… Con fe.
¿Por qué? Si a veces se sienten tan mal y se ven mal que muchos consideran que vivir así “no es vivir”… A pesar de todo, quisieron vivir.
Los doctores o inclusive las mismas personas que te rodean no tienen derecho a privarte de por lo menos tener la posibilidad de aferrarte a la vida, así lo único que te quede sea la esperanza… que a mucha gente ha sido lo único y lo último que los mantuvo con vida.
Yo no puedo decir que estuve al borde de la muerte pero sin duda fue algo que de un momento tuve que hacer frente, casi sin pensarlo, para no permitir que se acerque más. Pero mucha gente sabe que mi actitud no fue ni siquiera de luchar contra la muerte sino de seguir aferrado a la vida… y aquí estoy… Pues siempre mantuve la fe en que era una prueba a superar, y que lo conseguiría, cueste lo que cueste… me costó una pierna, sí, pero es un precio muy bajo comparado a la bendición que tengo de seguir VIVO.
Recordé todo esto a raíz del cortometraje “Cuerdas” de Pedro Solís García, ganador del premio Goya 2014. Les dejo el link del video y espero lo vean rápido pues por derechos de autor no debería estar publicado, y no es que apoye la piratería o quiera que el autor se vea perjudicado, sino todo lo contrario; este video es tan maravilloso y tan lleno de mensaje que creo vale la pena compartirlo y hacerlo público, a ver si así se despierta en tanta gente esa llamita de fe y amor (con su cuota de inocencia) que pueden tener los niños, llenos de fantasía y de ilusiones, y que pueden romper cualquier tipo de barrera, inclusive cuando “no se puede hacer nada”, para darle a los demás una real “voluntad de vida” llena de amor.
¡He dicho!
Seamos como María.- Olvidémonos de los límites, olvidémonos de las dificultades, olvidémonos del “qué dirán”, olvidémonos de los parámetros y convenciones sociales… simplemente amemos y creamos que TODO es posible… cuando no se pierde la fe ni la esperanza.
Kikin Rispa
kikerispa2003@yahoo.es
(20 de Mayo del 2014)
Poderosa por lo menos para mí pues, con lo que tuve que pasar, fue bueno tener a la mano una historia que te enseña que siempre hay gente que tiene pruebas más duras que tú… y que está dispuesta a dejar la vida, literalmente, tratando de superarla.
Habiendo pasado tantas veces por citas médicas, exámenes, doctores, y conociendo tantas historias en el camino de gente con distintos problemas alrededor del cáncer y de la discapacidad, comprobé y viví una verdad que los doctores parece se negaran a creer: Tener la voluntad de vivir puede hacer posible lo que llaman imposible.
Creo que todos hemos escuchado hasta en la televisión la famosa frase médica “no se va a curar… denle calidad de vida”. Y así como una sentencia judicial que te condena a cadena perpetua, estos doctores te condenan a morir sin posibilidad de guardar esperanza.
A pesar de lo difícil de esos casos críticos y que “medicamente” no se pueda hacer más, me parece que los doctores comenten una gran injusticia. Le están privando al ser humano que se aferre a algo que es parte de su propio ser y tan real como un tratamiento médico… te privan de fe y esperanza.
Que te digan que no vas a vivir mucho tiempo y que se lo digan a tus familiares y amigos tiene un efecto de bomba atómica, como es lógico. Es la peor noticia de todas, con el agravante de tener la frustración de saber que “no puedes hacer nada”; peor aún cuando la persona en quien estás confiando tu vida te lo dice. Me sigo preguntando… ¿es eso justo?
¿Hasta qué punto es mejor ser frío y duro y dar el peor escenario para que la persona y familia “se prepare” ante la muerte, o ser sincero con el diagnóstico pero benevolente de corazón, y brindarle a la persona que por lo menos decida si quiere guardar algo de esperanza e intentar robarle tiempo a la muerte?
Los médicos se aferran a la idea de no involucrar sentimientos con sus pacientes como si se tratase de reparación de electrodomésticos. Sólo alguien inhumano no podría sentir algo cuando te estás relacionando con otros humanos, y contra eso, queridos doctores, nunca van a poder.
Por eso creo que en lugar de decir “no hay nada que hacer”, deberían decir “aún puedes hacer algo más”. Porque hay casos, así no sean muchos, en que dieron unos días de vida, y vivieron semanas… dieron semanas y vivieron meses… dieron meses y vivieron años… y siguen en pie.
¿Cómo? Si se supone que médicamente “no se podía hacer nada”… Con fe.
¿Por qué? Si a veces se sienten tan mal y se ven mal que muchos consideran que vivir así “no es vivir”… A pesar de todo, quisieron vivir.
Los doctores o inclusive las mismas personas que te rodean no tienen derecho a privarte de por lo menos tener la posibilidad de aferrarte a la vida, así lo único que te quede sea la esperanza… que a mucha gente ha sido lo único y lo último que los mantuvo con vida.
Yo no puedo decir que estuve al borde de la muerte pero sin duda fue algo que de un momento tuve que hacer frente, casi sin pensarlo, para no permitir que se acerque más. Pero mucha gente sabe que mi actitud no fue ni siquiera de luchar contra la muerte sino de seguir aferrado a la vida… y aquí estoy… Pues siempre mantuve la fe en que era una prueba a superar, y que lo conseguiría, cueste lo que cueste… me costó una pierna, sí, pero es un precio muy bajo comparado a la bendición que tengo de seguir VIVO.
Recordé todo esto a raíz del cortometraje “Cuerdas” de Pedro Solís García, ganador del premio Goya 2014. Les dejo el link del video y espero lo vean rápido pues por derechos de autor no debería estar publicado, y no es que apoye la piratería o quiera que el autor se vea perjudicado, sino todo lo contrario; este video es tan maravilloso y tan lleno de mensaje que creo vale la pena compartirlo y hacerlo público, a ver si así se despierta en tanta gente esa llamita de fe y amor (con su cuota de inocencia) que pueden tener los niños, llenos de fantasía y de ilusiones, y que pueden romper cualquier tipo de barrera, inclusive cuando “no se puede hacer nada”, para darle a los demás una real “voluntad de vida” llena de amor.
¡He dicho!
Seamos como María.- Olvidémonos de los límites, olvidémonos de las dificultades, olvidémonos del “qué dirán”, olvidémonos de los parámetros y convenciones sociales… simplemente amemos y creamos que TODO es posible… cuando no se pierde la fe ni la esperanza.
Kikin Rispa
kikerispa2003@yahoo.es
(20 de Mayo del 2014)
Qué lindo, es verdad todo lo que dices. Cuando aún tenemos fe y esperanza TODO se puede lograr. La idea tb es contagiarnos y contagiar esa buena vibra. Estoy segura q algo de logrará de a poquitos.
ResponderEliminarUn beso!
Todo es posible cuando vivimos con entusiasmo...
ResponderEliminarEntusiasmo viene del griego Entheus que significa: con Dios en mi corazón
Para los que tenemos FE todo es posible porque nuestro Dios es el Dios que hace posible lo imposible y además todo lo podemos en Cristo que nos fortalece!!!