sábado, 26 de enero de 2013

Mi Buenos Aires... huevo 2 (llamen a un doctor)

Esto ya parece el chiste del chanchito verde (o del chanchito fluor como dicen allá) jajaja… No se preocupen, ya falta poco para que se acabe la botella de aceite jajaja (O sea, 2 blogs más… o 3… jajaja)

Bueno, la idea final del blog anterior (http://kikin-rispa.blogspot.com/2013/01/buenos-aires-huevo-1.html) era que “YO PUEDO. YO HAGO. YO SIGO”. Si en medio de tanta tragedia me fui a pasear campante y sonante con mis “mulatas” (o sea, mis muletas), los siguientes días tenían que ser mejores aún, con o sin prótesis. 

Llegó el miércoles en la mañana y tuve la mejor idea de todo el viaje, con lo cual creo que pude darle vuelta a la situación (a lo único que le di vuelta jajaja). Había visto por internet los buses que hacen tours por toda la ciudad, llevándote a muchísimos puntos turísticos, por lo menos para que les tomes fotito de fuera y digas que pasaste por ahí. ¡Sube! No había duda que tenía que empezar por ahí… y eso hice. 

La prótesis no quedó bien pero igual salí así (me llegó al “chopin”); caminé cinco cuadras hasta el paradero del subte. (1.5 pesos… comparado con los 50 del taxi… ¡hasta caminando de manos iba! Jajaja). Llegué al centro y busqué la oficina del bus… ¡¡¡tan tararaaaannn!!! Personas con discapacidad: ¡NO PAGAN! ¡Qué éxito! ¡Esta ciudad SÍ es inclusiva! Me ahorré 100 pesos… estaba más feliz que perro con 2 colas jajaja. Encima el pase vale todo el día y en la ruta hay como 30 paraderos autorizados en donde podías subir y bajar cuando te de la gana, los buses tienen horarios establecidos. ¡Qué modernidad por Dios! Lima… ¡Aprende!















Que inteligente soy, con este tour iba a escoger los lugares que no podía dejar de ir. El recorrido completo dura 4 horas, sentado, cómodo, te van explicando el recorrido, salió el solcito… Cambió mi estado de ánimo: estaba feliz. El único punto medio tristón fue cuando pasé por Puerto Madero y vi al buquebus (Ferry, pa’ los gringashos jeje). Mi plan era escaparme 1 o 2 días a Uruguay para conocer Colonia y Montevideo, pero obvio con lo ocurrido ya no podía correr tanto riesgo. Pero hay que hay que tomarlo por el lado amable, así que, de que regreso, ¡Regreso!
La ciudad está llena de parques enormes, bien cuidados y con amplio espacio para disfrutar del día y hacer deporte. Qué pena que no tengan playa jajaja. Pena también me daba ver los montones de basura por todos lados, hay un problema serio en la municipalidad respecto a este tema. En fin, regresando a lo bueno, hay muchos monumentos, teatros, museos y construcciones de estilo europeo hermosos. Acabé el tour contento, almorcé con “Koana” y regresé al depa. Para finalizar el día como se debe: ¡Piscina!

Aquí viene lo bueno. Mi amiga Lu vio que estaba de mejor humor así que nos fuimos a cenar algo rico. El local era chico pero agradable, atendido por unas 4 personas. Cuando llegamos no había mucha gente, escogimos una mesa cerca a la puerta. A nuestra derecha, a dos mesas, había una señora con una chica, parecían madre e hija. A nuestra izquierda, a dos mesas, había un grupo de 4 chicos. Pedimos una parrilla y vino. Converse y converse sobre lo que había pasado los dos días anteriores, analizando las reacciones de cada uno y las conclusiones de ese análisis (Si comenté que Lu es sicóloga, ¿no? Y yo sicólogo de la vida jeje). 

Bla bla bla… ble ble ble… “Otra botella por favor”. Bla bla bla… ble ble ble… la conversa se ponía más interesante gracias al vino jeje. Estábamos muy metidos en lo nuestro cuando de pronto escuché un sonido como si golpearan a alguien. Volteé mi vista hacia la derecha. La chica parada al costado de la señora, dándole palmadas fuertes en la espalda. Debió ser los efectos del alcohol que los primeros tres segundos pensé que se estaban peleando. Luego entendí: La señora se atoraba. Lu volteó a ver y luego me miró. “¿Se está atorando?”, preguntó. “Sí”, respondí. 

La señora se ponía más roja y la chica no atinaba a hacer otra cosa que golpearle la espalda. Los dos saltamos de la silla, aunque no pude pararme tan rápido por la prótesis. Lu estaba más cerca y se movió más rápido hacia la señora, yo me quedé en la mesa; la rodeó con los brazos por debajo de la boca del estómago, era la “Maniobra de Heimlich” (http://www.planetamama.com.ar/nota/primeros-auxilios-qu%C3%A9-hacer-si-una-persona-se-atraganta-o-se-ahoga). Hice un paneo de 1 segundo mirando a todos en el local. Nadie se movía. 1 golpe, 2 golpes, 3 golpes. No salía nada. 

Lu me mira y me pregunta “¿Está bien?”. Yo respondí: “Más abajo”. En ese momento vi que uno de los chicos de la mesa de la izquierda se acercaba a ayudar… me equivoqué. Llegó hasta la altura de mi mesa, se paró y dijo: “!Llamen a un doctor!”. Por mi santa madre que si no hubiera estado pendiente de Lu y la señora, y si no estuviera cojo, lo reventaba a patadas por imbécil. Claro, boludo, llama al doctor, mientras te contesta la secretaria, sacas cita, llena la ficha, ve si tienes seguro… más o menos el doctor llegaría para el funeral. Mi concentración regreso a lo realmente importante. 1 golpe, 2 golpes, 3 golpes. No salía nada. Sin embargo la señora empezó a respirar. Qué alivio. La señora cuando recuperó el aliento, le dijo gracias a Lu; la hija por otra parte, ni la miró.

En realidad esto fue cosa de 1 a 2 minutos, no más. Pero sin embargo pude darme cuenta de esos detalles y fue tema de conversación entre Lu y yo el resto de la noche. Nosotros como peruanos estamos acostumbrados a ser bien agradecidos, ¡en especial cuando alguien le salva la vida a tu vieja! En verdad yo estaba esperando un vinito o algo así, jeje, pero Lu se encargó de desencantarme y decirme que esos detalles no tienen allá. OK, un vino no es relevante, pero por lo menos un gracias de la hija, no hubiera estado de más… y ni eso. Así que pedimos el tercer vino para llevar y nos fuimos a seguir rajando de los “porteños”.


He dicho!


Dale viejo, ¿vas a seguir hablando pavadas?.- Pero claro, aún faltan un par de anécdotas más… pero más divertidas, ¡lo prometo!


Kikin Rispa
kikerispa2003@yahoo.es

(26 de Enero del 2013)

1 comentario:

  1. Qué trauma lo de la señora!!!
    Pucha tu sí que te has metido un viaje de aventura máxima...

    Beso!

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