El post anterior (http://kikin-rispa.blogspot.pe/2018/02/blandas-o-duras.html) me hizo recordar una anécdota de mi último martes de salsa en Sargento, pero que no había podido contar pues andaba a mil entre las clases en CISE PUCP (Matricúlense pe’) y mis trámites para la visa (http://kikin-rispa.blogspot.pe/2018/01/fierro-catre-boteeelllaaa.html).
Estaba por ahí soltando mis pasitos de baile al ritmo de la orquesta cuando me encontré con un profe de la Cato, al cual conocía de vista y habíamos intercambiado solo algunos “hola” en la facultad.
Se acercó a saludarme y noté que estaba ligeramente achispado jajaja. A los pocos segundos de empezar a conversar, me dijo que hacía tiempo quería decirme algo… no tenía pinta de una declaración de amor así que preste atención jajaja. Me contó que siempre preguntaba a sus alumnos, que ya están en últimos ciclos, a quienes consideraban como los mejores profesores de Gestión; a lo cual siempre destacaban tres… y entre ellos el profe Rispa.
No esperaba que me contara algo así pues simplemente no me imaginé que podía estar considerado entre los mejores profes de la facultad. Podía imaginar que a mis alumnos les gustaba mi clase, que por ahí algunos se quedaban enganchados con mi historia, y claro que con algunos otros hemos hecho amistad. Pero ser considerado entre los mejores profes, no lo imaginaba… y casi hasta no la creo jajaja.
Me dijo que le parecía chévere pero a la vez le daba una “envidia sana” pues él también quería ser considerado entre los mejores profes. Claro que era consciente que sus cursos no ayudaban mucho pues son muy yucas jajaja. En cambio mi curso, de habilidades gerenciales (o blandas), permite llegar al corazón de los estudiantes, lo cual sin duda tiene un impacto distinto. Sinceramente se alegró por mí… pero se alegró más cuando se enteró que ya no iba a enseñar este semestre porque me voy a estudiar mi maestría en Madrid jajaja. Se alegró tanto por mi desarrollo profesional y personal, como porque va a tener menos competencia jajaja.
Conversamos un buen rato hasta que siguió su rumbo con sus amigos, y yo con los míos. Saben que no creo en las coincidencias y que nos encontramos ahí porque necesitaba recibir ese mensaje, y vaya que fue uno súper lindo. No hay nada mejor que reconozcan tu trabajo y más aún cuando a través de ello, conseguís tocar vidas, hasta el fondo del corazón.
Las personas más recordadas son aquellas que trascienden en las vidas de otros y que consiguen cambios significativos en ellos. Cada día más me convenzo que soy una de esas personas y que justamente mi historia es como es, porque era lo que necesitaba para poder cumplir con este propósito de vida.
Me voy despidiendo de Lima con grandes satisfacciones y ésta es una de ellas. Gracias a la facultad de gestión, a los profes, a los administrativos y a los alumnos, por estos tres años y medio de aprendizajes y enseñanzas; los amo. Gracias por ser una gran parte de mi vida y espero que sigan recordando al profe Rispa mientras se va a estudiar para ser aún cada vez un mejor maestro, un mejor profesional y un mejor ser humano.
¡He dicho!
Alumno Rispa.- Pues ahora toca dejar de ser docente para ser alumno… de nuevo… y tocará aprender muchas cosas sin duda… y no solo de la maestría… mi mente está pensando muchas más cosas que hacer por allá pero las iré contando poco a poco, en su momento, para que no entren en crisis jajaja…
Kikín Rispa
kikerispa2003@yahoo.es
(27 de Febrero del 2018)
Estaba por ahí soltando mis pasitos de baile al ritmo de la orquesta cuando me encontré con un profe de la Cato, al cual conocía de vista y habíamos intercambiado solo algunos “hola” en la facultad.
Se acercó a saludarme y noté que estaba ligeramente achispado jajaja. A los pocos segundos de empezar a conversar, me dijo que hacía tiempo quería decirme algo… no tenía pinta de una declaración de amor así que preste atención jajaja. Me contó que siempre preguntaba a sus alumnos, que ya están en últimos ciclos, a quienes consideraban como los mejores profesores de Gestión; a lo cual siempre destacaban tres… y entre ellos el profe Rispa.
No esperaba que me contara algo así pues simplemente no me imaginé que podía estar considerado entre los mejores profes de la facultad. Podía imaginar que a mis alumnos les gustaba mi clase, que por ahí algunos se quedaban enganchados con mi historia, y claro que con algunos otros hemos hecho amistad. Pero ser considerado entre los mejores profes, no lo imaginaba… y casi hasta no la creo jajaja.
Me dijo que le parecía chévere pero a la vez le daba una “envidia sana” pues él también quería ser considerado entre los mejores profes. Claro que era consciente que sus cursos no ayudaban mucho pues son muy yucas jajaja. En cambio mi curso, de habilidades gerenciales (o blandas), permite llegar al corazón de los estudiantes, lo cual sin duda tiene un impacto distinto. Sinceramente se alegró por mí… pero se alegró más cuando se enteró que ya no iba a enseñar este semestre porque me voy a estudiar mi maestría en Madrid jajaja. Se alegró tanto por mi desarrollo profesional y personal, como porque va a tener menos competencia jajaja.
Conversamos un buen rato hasta que siguió su rumbo con sus amigos, y yo con los míos. Saben que no creo en las coincidencias y que nos encontramos ahí porque necesitaba recibir ese mensaje, y vaya que fue uno súper lindo. No hay nada mejor que reconozcan tu trabajo y más aún cuando a través de ello, conseguís tocar vidas, hasta el fondo del corazón.
Las personas más recordadas son aquellas que trascienden en las vidas de otros y que consiguen cambios significativos en ellos. Cada día más me convenzo que soy una de esas personas y que justamente mi historia es como es, porque era lo que necesitaba para poder cumplir con este propósito de vida.
Me voy despidiendo de Lima con grandes satisfacciones y ésta es una de ellas. Gracias a la facultad de gestión, a los profes, a los administrativos y a los alumnos, por estos tres años y medio de aprendizajes y enseñanzas; los amo. Gracias por ser una gran parte de mi vida y espero que sigan recordando al profe Rispa mientras se va a estudiar para ser aún cada vez un mejor maestro, un mejor profesional y un mejor ser humano.
¡He dicho!
Alumno Rispa.- Pues ahora toca dejar de ser docente para ser alumno… de nuevo… y tocará aprender muchas cosas sin duda… y no solo de la maestría… mi mente está pensando muchas más cosas que hacer por allá pero las iré contando poco a poco, en su momento, para que no entren en crisis jajaja…
Kikín Rispa
kikerispa2003@yahoo.es
(27 de Febrero del 2018)
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