Las despedidas no se caracterizan por ser “lindas”, por así decirlo. Cuando quieres a alguien, a veces sientes que te hace falta a penas cruza la puerta de la calle. Más todavía si sabes que no se volverán a ver en unos días. Peor aún si es que sabes que se va lejos. Casi sería insoportable si esta partiendo a un lugar lejano. Pero puede llegar a ser inconsolable si sabes que al lugar que parte, no lo vas a poder ver nunca más… no en esta vida.
No soy ajeno a la pregunta que ha acompañado al ser humanos desde que tiene uso de razón: ¿Qué hay después de esta vida? Muchos hablan de reencarnación, otros de un “paraíso”, algunos de la inmortalidad de lo inmaterial; la verdad que nunca lo sabremos con exactitud hasta que nos toque. No faltan los que quieren adelantar la respuesta y buscan contacto “con el más allá” para sentirlo “más acá”, o porque buscan consuelo al no haber tenido respuestas antes del último adiós. Será cierto eso? Espiritistas? Charlatanes? Espíritus chocarreros? Duendes? Energía condensada? Igual, cómo saberlo, cómo estar seguros. Imposible.
Es tan imposible como pasar la vida preguntándose que habrá al final del túnel en lugar de disfrutar el camino. Es tan imposible como pasarte la vida ignorando a los vivos para terminar extrañado a los que ya no lo están. Es tan imposible como pasar la vida tratando de ser feliz comprando cosas en lugar de ser feliz ofreciendo amor. Pero así es la vida de ilógica para la especie que debería ser la más lógica de todas. Nos pasamos la vida haciendo estupideces sin sentido en lugar de darle trascendencia a nuestra vida para dejar huella en los que quedan.
Si no aprendemos a vivir nunca vamos a saber como despedirnos. A veces tenemos la oportunidad pero algunas veces no. Pero en cualquiera de las 2 alternativas, no deberíamos esperar tener la oportunidad de despedirnos sino buscar los momentos para saludarnos, para abrazarnos, para besarnos, para compartir momentos kodak, para guardar en la memoria esa sonrisa, esa mirada, esa alegría que solo se puede sentir al compartir la vida con alguien a quien quieres. Si vivimos así, si disfrutamos los momentos, si creamos oportunidades de compartir amor, no vamos a tener la necesidad de sentir que nos faltó un segundo, un minuto, una hora, para decirle a esa persona: “Te quiero”.
Porque el amor no se demuestra en las palabras sino en las demostraciones de afecto: una llamada para saber como va la salud, una visita en la mañana llevando pancito caliente, un paseo por la playa para ver el sol, una vuelta por el mercado para comprar un antojo, ir a comprar el periódico del día… Tantas cosas que podríamos hacer para demostrarle a esa persona que estamos vivos y que nos queremos, pero nos escondemos en el día a día trabajando y nos perdemos entre la casa, el trabajo, el dinero, el carro, las deudas, la maestría, el ascenso… y los amigos? Y la familia? Y el mismo Dios? Cuando hay tiempo para ellos? Cuando ya es tarde? Cuando ya no están?
Han visto la película “Click” con Adam Sandler? Véanla! Nos pasamos la vida tratando de saltarnos los momentos difíciles, los ratos aburridos, los instantes en los que debemos ofrecer apoyo, las discusiones sin sentido… queremos todo fácil para poder concentrarnos en trabajar, en conseguir, en obtener, en ganar, en tener… y cuando quieres hacer una pausa, cuando quieres reflexionar sobre lo que has hecho, te das cuenta que tu esposa te dejó, que tus hijos ni te van a ver porque nunca tienes tiempo, y lo más penoso aún, que tus padres ya no están alrededor para preguntarte si has comido todas tus verduras a pesar que tienes 50!
Lo peor es que lo sabemos pero siempre decimos “si si, este fin de semana”. Y a las finales no te das tiempo ni para bañarte. Se nos pasa la vida, se pasan los momentos de felicidad con las personas que más queremos, y somos el espacio vacío en la foto de la promo del cole que se junta después de 15 años. Lo sabemos y no hacemos nada por remediarlo. Y nos sentimos mal cuando de pronto alguien ya no está en nuestras vidas. Lo extrañas? Te hace falta? Dejó un vacío? Probablemente, pero más debe ser el sentimiento de culpa por no haberle dedicado 1 hora de tu cochina vida tan solo para tomarlo de la mano y que la otra persona sepa que estás ahí.
No dejemos que la vida se nos pase por delante como si estuviéramos en el cine viendo la vida de otros. No desperdiciemos tantas horas innecesarias en “ganar dinero”, ordenemos nuestra vida y démosle un equilibrio sano, donde hay tiempo para todo y todos, porque lo hay, es cuestión de ordenarse y saber qué cosas son realmente importantes en esta vida para sacarle el jugo como a limón de emolientero! Entonces cuando voltees a mirar a tu alrededor y te des cuenta que faltan algunas personas, en lugar de sentirte como una basura y reprocharte todo lo que no hiciste o dijiste, vas a sentir paz en tu corazón porque recordarás cuando esa persona te dijo: “Que bueno verte”.
He dicho!
Kikin Rispa
Kikerispa2003@yahoo.es
(02 de febrero del 2012)
Post mortis futurus. Al partir, si me dan mis alitas (y no mis cachitos), no habría mejor cosa en el paraíso que tomar mi primer desayuno con el pato, con un cafecito pasado y su pan con queso más… como debe ser. Q.E.P.D.
No soy ajeno a la pregunta que ha acompañado al ser humanos desde que tiene uso de razón: ¿Qué hay después de esta vida? Muchos hablan de reencarnación, otros de un “paraíso”, algunos de la inmortalidad de lo inmaterial; la verdad que nunca lo sabremos con exactitud hasta que nos toque. No faltan los que quieren adelantar la respuesta y buscan contacto “con el más allá” para sentirlo “más acá”, o porque buscan consuelo al no haber tenido respuestas antes del último adiós. Será cierto eso? Espiritistas? Charlatanes? Espíritus chocarreros? Duendes? Energía condensada? Igual, cómo saberlo, cómo estar seguros. Imposible.
Es tan imposible como pasar la vida preguntándose que habrá al final del túnel en lugar de disfrutar el camino. Es tan imposible como pasarte la vida ignorando a los vivos para terminar extrañado a los que ya no lo están. Es tan imposible como pasar la vida tratando de ser feliz comprando cosas en lugar de ser feliz ofreciendo amor. Pero así es la vida de ilógica para la especie que debería ser la más lógica de todas. Nos pasamos la vida haciendo estupideces sin sentido en lugar de darle trascendencia a nuestra vida para dejar huella en los que quedan.
Si no aprendemos a vivir nunca vamos a saber como despedirnos. A veces tenemos la oportunidad pero algunas veces no. Pero en cualquiera de las 2 alternativas, no deberíamos esperar tener la oportunidad de despedirnos sino buscar los momentos para saludarnos, para abrazarnos, para besarnos, para compartir momentos kodak, para guardar en la memoria esa sonrisa, esa mirada, esa alegría que solo se puede sentir al compartir la vida con alguien a quien quieres. Si vivimos así, si disfrutamos los momentos, si creamos oportunidades de compartir amor, no vamos a tener la necesidad de sentir que nos faltó un segundo, un minuto, una hora, para decirle a esa persona: “Te quiero”.
Porque el amor no se demuestra en las palabras sino en las demostraciones de afecto: una llamada para saber como va la salud, una visita en la mañana llevando pancito caliente, un paseo por la playa para ver el sol, una vuelta por el mercado para comprar un antojo, ir a comprar el periódico del día… Tantas cosas que podríamos hacer para demostrarle a esa persona que estamos vivos y que nos queremos, pero nos escondemos en el día a día trabajando y nos perdemos entre la casa, el trabajo, el dinero, el carro, las deudas, la maestría, el ascenso… y los amigos? Y la familia? Y el mismo Dios? Cuando hay tiempo para ellos? Cuando ya es tarde? Cuando ya no están?
Han visto la película “Click” con Adam Sandler? Véanla! Nos pasamos la vida tratando de saltarnos los momentos difíciles, los ratos aburridos, los instantes en los que debemos ofrecer apoyo, las discusiones sin sentido… queremos todo fácil para poder concentrarnos en trabajar, en conseguir, en obtener, en ganar, en tener… y cuando quieres hacer una pausa, cuando quieres reflexionar sobre lo que has hecho, te das cuenta que tu esposa te dejó, que tus hijos ni te van a ver porque nunca tienes tiempo, y lo más penoso aún, que tus padres ya no están alrededor para preguntarte si has comido todas tus verduras a pesar que tienes 50!
Lo peor es que lo sabemos pero siempre decimos “si si, este fin de semana”. Y a las finales no te das tiempo ni para bañarte. Se nos pasa la vida, se pasan los momentos de felicidad con las personas que más queremos, y somos el espacio vacío en la foto de la promo del cole que se junta después de 15 años. Lo sabemos y no hacemos nada por remediarlo. Y nos sentimos mal cuando de pronto alguien ya no está en nuestras vidas. Lo extrañas? Te hace falta? Dejó un vacío? Probablemente, pero más debe ser el sentimiento de culpa por no haberle dedicado 1 hora de tu cochina vida tan solo para tomarlo de la mano y que la otra persona sepa que estás ahí.
No dejemos que la vida se nos pase por delante como si estuviéramos en el cine viendo la vida de otros. No desperdiciemos tantas horas innecesarias en “ganar dinero”, ordenemos nuestra vida y démosle un equilibrio sano, donde hay tiempo para todo y todos, porque lo hay, es cuestión de ordenarse y saber qué cosas son realmente importantes en esta vida para sacarle el jugo como a limón de emolientero! Entonces cuando voltees a mirar a tu alrededor y te des cuenta que faltan algunas personas, en lugar de sentirte como una basura y reprocharte todo lo que no hiciste o dijiste, vas a sentir paz en tu corazón porque recordarás cuando esa persona te dijo: “Que bueno verte”.
He dicho!
Kikin Rispa
Kikerispa2003@yahoo.es
(02 de febrero del 2012)
Post mortis futurus. Al partir, si me dan mis alitas (y no mis cachitos), no habría mejor cosa en el paraíso que tomar mi primer desayuno con el pato, con un cafecito pasado y su pan con queso más… como debe ser. Q.E.P.D.
Buenisima Rispis!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarmuy cierto :)
ResponderEliminarque hermoso!!! y me he percatado que este año has escrito muchas cosas de amor... amor amor amor...peluchiiin!!!!
ResponderEliminarOjalá te guste esto...
ResponderEliminar¡¡Vive!!
"Ya perdoné errores casi imperdonables.
Trate de sustituir personas insustituibles,
de olvidar personas inolvidables.
Ya hice cosas por impulso...
Ya me decepcioné con algunas personas,
mas también yo decepcioné a alguien.
Ya abracé para proteger.
Ya me reí cuando no podía.
Ya hice amigos eternos.
Ya amé y fui amado pero también fui rechazado.
Ya fui amado y no supe amar.
Ya grité y salté de felicidad.
Ya viví de amor e hice juramentos eternos,
pero también los he roto y muchos.
Ya lloré escuchando música y viendo fotos.
Ya llamé sólo para escuchar una voz.
Ya me enamoré por una sonrisa.
Ya pensé que iba a morir de tanta nostalgia y...
Tuve miedo de perder a alguien especial
y termine perdiéndolo
No paso por la vida.
Y tú tampoco deberías sólo pasar...
¡¡¡VIVE!!!
Bueno es ir a la lucha con determinación
abrazar la vida y vivir con pasión.
Perder con clase y vencer con osadía,
por que EL MUNDO PERTENECE A QUIEN SE ATREVE
y la vida es mucho más para ser insignificante."
unita más :) quizá lo puedas compartir. Es de un grande! un grande que en sus obras transmitió mucho... un artista como pocos, como ninguno!
ResponderEliminarNecesito de alguien...
Que me mire a los ojos cuándo hablo.
Que escuche mis tristezas y angustias con paciencia y aún cuándo no comprenda, respete mis sentimientos.
Necesito de alguien, que venga a luchar a mi lado sin ser llamado.
Alguien lo suficientemente amigo, cómo para decirme las verdades que no quiero oír, aún sabiendo que puedo irritarme.
Por eso, en este mundo de indiferentes, necesito de alguien que crea en esa cosa misteriosa, desacreditada y casi imposible: la amistad...
Que se obstine en ser leal, simple y justo.
Que no se vaya, si algún día pierdo mi oro y no pueda ser más la sensación de la fiesta.
Necesito de un amigo, que reciba con gratitud mi auxilio, mi mano extendida, aún cuándo eso sea muy poco para sus necesidades.
No pude elegir, a quienes me trajeron al mundo, pero puedo elegir a mi amigo... a mi compañero...
En ésta búsqueda, empeño mi propia alma, pues con una amistad verdadera.
La vida se torna más simple, más rica y más bella.
Que Dios te bendiga Kike.