domingo, 16 de septiembre de 2012

4 de 7: Tolerancia (Más me pegas, más te quiero?)

Acá si nos vamos a sacar la m… mugre. Vivimos acostumbrados a imponernos. Lo vemos en todos lados y empieza desde casa. Creo que todos nos acordamos en algún momento en que papá y/o mamá nos dicen “LO HACES PORQUE YO LO DIGO, Y PUNTO!”. Y desde ese mismo momento aprendemos que el mundo se afronta así, imponiendo ideas. Ojo, no estoy echando la culpa a los padres. Es tan válido pensar que con todo el amor del mundo que tienen a sus hijos (en su amplia mayoría), son seres humanos que también cometen errores como es este, en el que por cansancio, malestar, deudas, dinero, etc. están estresados y no tienen tiempo de explicar, así que “hazlo antes que te reviente la cara a cachetadas!”… y solo queda obedecer.

También pasa en el colegio, en donde la educación también se impone. Tenemos que aprender… no perdón, tenemos que memorizar… las tablas numéricas, las fechas de batallas, guerras mundiales, tabla periódica, los ríos del mundo, autores latinoamericanos y tantas cosas más; y si no “aprendes”, castigo, te pegan en casa, no hay vacaciones ni propina. Nos siguen imponiendo y no podemos decir “pero”, ni “yo quisiera”, menos “me gustaría”, no. Aprendes o aprendes, pasas el año sino, burro, repites. Si bien es cierto hay muchas cosas que debemos aprender casi forzado (como el día de la independencia) por obligación moral o por “cultura general”, es muy cierto que todos nos sentimos OBLIGADOS a aprender, en lugar de generar un deseo real de SABER. Esto puede cambiar en la universidad siempre y cuando no estés estudiando porque “tus papás te obligan”.

También pasa al ámbito laboral, en donde el jefe putea a sus empleados como le da la gana porque “es el jefe”, y como toda su vida ha sido “chancado”, así que ahora que tiene “poder”, es la oportunidad perfecta para “hacer justicia”, y trata a su gente como le da la gana en lugar de ser líder y guiar a sus colaboradores para lograr el objetivo común (Si alguien se identifica y necesita “Coaching”, me pasa la voz jeje). 

Lo mismo trasciendo al ámbito social, lo vemos con los serenazgos, policías, políticos, etc.; sin decir que todos son así pero sí muchos, lamentablemente, y vemos todos los días en las noticias como abusan de su poder y/o de su status,  y escuchamos la maldita frase que ya me tiene podrido: “Tú no sabes quién soy yo”… o lo que me da más pena aún, “tú no sabes quién es mi papá”… de tu papá voy a agarrar la correa para darte duro en el poto y enseñarte a que te hagas hombrecito, pequeño malandrín!

Entonces a lo largo de la vida existe esta falsa idea de “compensación” y buscamos  “hacer lo que nos han hecho”, desquitándonos de todos los males que hemos sufrido con quien podemos, en lugar de partir de la regla de oro: “No hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti”.  

Sin querer queriendo hemos aprendido a abusar del otro y nos olvidamos que todos tenemos distintas experiencias, distintos procesos de aprendizaje, distintas familias, distintos hechos traumáticos, entre tantas otras cosas. Esta falta de “objetividad” se demuestra claramente cuando estamos en un dilema con otra persona, en especial cuando es nuestra pareja, y nos cerramos en lo que nosotros pensamos, creemos y/o sentimos y no admitimos que la otra persona, sin ser buena o mala, tan solo es distinta; y sin considerar que puede tener razón o no, si quiera en algo, lo que hacemos es cerrar orejas, ojos, cerebro y corazón, y sólo abrimos la boca para que expulse de lo más recóndito de nuestro ser, todos aquellos sentimientos negativos que escondemos dentro, dándolo con palo a la persona que tenemos en frente… que contradictoria y lamentablemente, suele ser la persona que más queremos. 

Curiosamente nos cerramos más con las personas que queremos más, se han dado cuenta? Pues con los mejores amigos nos decimos las verdades en la cara (y por eso la importancia de ser amigo de tu pareja! http://kikin-rispa.blogspot.com/2012/08/1-de-7-amistad-con-su-intro-mas.html). Pero  a nuestra pareja le escupimos en la cara, queremos imponernos, hacer valer a toda costa que YO tengo la razón y TU estás equivocad@. Pasa también por un tema de género, Marte Vs Venus, pero ya será para otro blog… 

Así que si seguimos viviendo de esta manera tan intolerante, vamos a tener muchas experiencias dolorosas en el camino, muchas peleas y discusiones, la mayoría sin sentido, con sus mandadas a la M… Suele pasar, casi siempre, pero todo eso se regula en el camino, mientras aprendemos a ser tolerantes con la otra persona, que tiene tantos defectos y virtudes como yo, y si yo pido que “me acepten como soy”, también debo “aceptar al otro como es”… 

Conclusión: Antes de abrir el pico, abre tu mente y corazón; acepta a la persona que tienes al frente tal como es, tan igual como distinto a ti, así que merece tu cariño y tu respeto. Y nunca te olvides de la regla de oro: “No hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti”.

He dicho!


Pasamos a.- siguiente post… DIALOGO.


Vino de: (http://kikin-rispa.blogspot.com/2012/09/3-de-7-confianza-con-los-ojos-bien.html)


Kikin Rispa
Kikerispa2003@yahoo.es
(16 de Setiembre del 2012)

3 comentarios:

  1. Kikin, qué cierto este post. En realidad me sentí identificada, no porque sea una loca gritona y con poca tolerancia. Sino porque yo me la agarro con la gente que más quiero, no solo con mi esposo, sino con mi mamá por ejemplo. Después se me parte el alma, pero ya lo dije y lo peor es q nada revierte lo dicho, y eso de que las palabras se vuelan con el viento no es del todo cierto. Se vuelan, sí; pero algunas dejan huella.

    :(

    YA quiero leer el diálogo!
    Eres una especie de Deepak Chopra con esto eh! jejejeje

    Un beso!

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  2. Kikin....vete a la M... jejejejejejeje

    Buen post

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  3. Hola Kikín. Buen post.

    Realmente es cierto, todo se reduce a esa regla dorada: no hagas a otros lo que no quisieras que hagan contigo. Si todos entendieran eso, este mundo sería otro. Y también practicar la tolerancia total. Me parece inconcebible que querramos que nos acepten y que nosotros hagamos lo opuesto.

    A esperar tu siguiente post.

    Un abrazo.

    LUCHO

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